Mindfulness: ¿Qué es y cómo practicar la meditación mindfulness?

Aunque puede que sea la primera vez que escuches esto, el mindfulness no es para nada novedoso. De hecho, es una técnica sumamente antigua que se ha adoptado de las mismas tradiciones budistas, la cual es empleada desde hace unos 2.500 años.

La misma se encuentra relacionada con lo que es la espiritualidad, y con el mismo acto en general de lo que es la meditación habitual para dichos monjes y que ahora nosotros hemos occidentalizado.

¿De qué trata el mindfulness?

Según la definición:

  • Es la concentración o focalización de la misma atención para el momento presente. Siendo este un método que existe para conseguir lo que es la atención plena. De manera que al concentrarnos en lo que sucede “aquí y ahora” es aceptarlo, sin querer cambiar o juzgar.

El significado que tiene es plenamente de consciencia, por lo que concentrarse en lo que va a suceder, tanto en nosotros como a nuestro alrededor, debe de ser el renunciar a lo que son las distracciones o los ruidos.

¿En qué es lo que va a consistir?

Para que procedas a alcanzar el mindfulness, primero tienes que aprender desde el comienzo a que te debes entrenar para esto.

Existen distintas técnicas que te van a ayudar a que lo consigas:

  • Realizando yoga,
  • Practicando meditación,
  • Respiración consciente,
  • Escaneo corporal.

Por ende, la meditación pasa a ser un vehículo más de los que tenemos para que puedas alcanzar el mismo mindfulness, por lo que como bien te hemos comunicado al principio, no es lo mismo meditar que estar de por sí en este estado.

El objetivo que tiene el mindfulness, tiene más que ver con que se logre un estado profundo de la misma consciencia en la sesión, usando diversas técnicas que sean concretas para poder alcanzarlo.

Buscamos que se consiga que la conciencia se relaje y que no proceda a elaborar los juicios de las sensaciones, por lo que son sentimientos o pensamientos.

Practicando el mindfulness de manera asertiva

A continuación, te vamos a dar diferentes pasos que puede que te ayuden para el camino. Con respecto al tiempo, recomendamos que empieces practicando unos cuantos minutos al día para que vayas ampliando lo que es la función y luego procedas con la rutina hasta que llegues a esos 30 minutos a diario.

Por lo que tienes que tener perseverancia, no abandonar, sino que no vas a notar los cambios, pero al principio, intentando no avanzar de la manera más rápida, sino con paciencia.

  • Trata de escoger un ambiente que te haga sentir relajado

Procura que se encuentre libre de ruidos o de cualquier distractor externo, que cuente con la temperatura más adecuada y en el que te sientas a gusto. Puede ser tu cuarto, oficina o incluso un parque al aire libre.

  • Encuentra el momento de paz en el día

Bien sea por la mañana o justo cuando te hayas despertado, puedes hacerlo antes de acostarte a la hora de terminar la jornada, luego de que hayas comido al mediodía.

  • Debes dejar que aparezcan las emociones y que se liberen los pensamientos

Es vital que mantengas una actitud que sea meramente neutral ante estos, es decir, que no los juzgues, bien sean buenos o malos, tienes que percibirlos y luego observarlos de una forma impersonal.

  • Vas a concentrar tu respiración

Tienes que concentrarte en cómo es que el aire va a entrar por las fosas nasales hacia la parte de tus pulmones, como es que este te nutre de oxígeno, como es que lo sientes en todo el cuerpo y como vuelve a salir por tu nariz. De manera que se lleve consigo todo lo negativo y lo malo. En cuanto a la mente, vuelve a concentrar los pensamientos en la respiración.

A medida que sigues mejorando dicha técnica, te va a llevar menos tiempo para que lo alcances.

  • Trata de ponerte una ropa que te sea cómoda y luego te colocas en una de las posturas más cómodas. Sentado y en la parte del suelo, pero con la espalda recta para que no se pueda obstaculizar lo que es la respiración o de que estés tumbado sobre la misma esterilla.

¿Por qué es complicado el mindfulness?

Esto puede que sea algo complicado de alcanzar, ya que siempre nos encontramos a 1.000 revoluciones por hora, por lo que el cerebro no va a parar de procesar la información, pero a un ritmo mucho más frenético que llega a asustar.

Descuida, esto también puede ser cuestión de práctica, mientras más practiques tu rutina y hábito, menos te va a costar lograrlo.

Luego de que lo hayas logrado con la práctica que has adquirido, vas a generalizar un cambio y que este mismo se traslade día a día, vas a tener que llevar dicha atención hasta tu consciencia que has usado para el resto de las tareas que apliques.

Esto es lo interesante, que vas a colocar la atención y consciencia a la vida, de manera que culminas por colocar el mindfulness en la vida cotidiana.

De esta manera por medio de la práctica vas a darle el rumbo a la misma vida, no dejando que los pensamientos o los sentimientos procedan a hacerlo por ti. Por lo que tienes una herramienta sumamente poderosa que puede transformar tu vida hasta una experiencia que no tiene sentido.

Ahora con el mindfulness vas a aprender a tolerar ese impulso de querer seguir algunos patrones de conducta que no nos van a servir de nada. Por lo que procedemos a cultivar lo que es el espacio entre la acción y el pensamiento con la misma práctica, pero poco a poco. Es decir, aumentando la capacidad para encontrarnos en dicho espacio y en todo momento.

Por lo que reaccionamos de la manera menos compulsiva, logrando que las opciones de las cuales disponemos se encuentren funcionando, pero en piloto automático. De esta manera vamos a poder tomar aquellas decisiones de una manera más libre y que sean adecuadas para cada una de las situaciones, sin que nos tengamos que dejar llevar por los automatismos que se llegan a disparar, producto de las prisas.

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